Sin embargo, ya han pasado varias décadas desde que se fracturó el monolítico dominio del neodarwinismo. Lo que queda de espíritu neodarwinista se ha tenido que conformar con la realidad, si bien bajo otro nombre, de los casos de "asimilación genética". Waddington presentó experimentos de herencia de caracteres adquiridos en mosca, y obligó a la comunidad científica a enrostrar casos como el de los callos en el vientre del avestruz recién nacido; tuvo poco éxito en su tiempo pero hoy Waddington ha vuelto a acaparar la atención. Lo que llama la atención es cómo, en retrospectiva, se hace evidente que faltó pensar un poquito más. Hoy en día tenemos mejores ideas para entender cómo es que ocurren estos casos (por ejemplo, la noción de cambio en el campo epigenético, y el rol del nicho ontogénico en la herencia).
Sin embargo, mucho antes que Waddington, un connotado biólogo austríaco, Paul Kammerer, proporcionó múltiples ejemplos experimentales de herencia de caracteres adquiridos. Kammerer era gran amante de los animales, tenía un verdadero zoológico en la casa y un impresionante vivario del instituto en Viena. Utilizando un temprano sistema de control de temperatura y humedad, logró mantener y reproducir muchísimas especies de reptiles y de anfibios, mucho de lo cual nadie ha vuelto a lograr. Expuso a muchas de estas formas a condiciones ambientales especiales, observando que en muchos casos los caracteres se tornaban heredables en las generaciones subsecuentes. Muchos de los experimentos de Kammerer registraban resultados tras el paso desde sólo una, hasta 10 generaciones. Varios experimentos duraban 6-10 años. Difíciles de repetir. Uno de sus experimentos clásicos , que se ha repetido y que permanece como legado incuestionado fue que logró desarrollar los ojos en la salamadra hypógea Proteus, utilizando luz roja para penetra una cubierta pigmentada que escuda al ojo de la luz normal (tuvo que matarla como evidencia y no pudo continuar experimentos lamarckicos...un problema frecuente para Kammerer).
La historia de kammerer terminó con él cuestionado de fraude y suicidado. Desde temprano, muchos "mendelistas" y mecanicistas insinuaron mala fe y fraude pero a la vez no fueron capaces ni quisieron reproducir los experimentos. Ahora bien es plenamente cierto que no cualquier modificación ambiental recurrente se torna heredable, es decir, no todo experimento de lamarckismo es un éxito; hay rasgos más razonables que otros. No funciona cortando colas de ratón o memorizando el quijote. Son otro tipo de rasgos que ya están de antemano más involucrados en la biología del organismo, más "latentes".
La pregunta que deseo analizar en este blog es: ¿Qué tan distintos en verdad son los experimentos de Kammerer, de los de Waddington, o de los numerosos casos de asimilación genética documentados más recientemente? En especial, el caso que llevó a Kammerer al suicidio: sus experimentos con el sapo matrona Alytes (en la foto, un macho, que lleva sus huevos en la espalda, cortesía de wikipedia). ¿Qué tan extraordinarias son las experiencias de Kammerer en realidad? Falsificó o no falsificó sus datos de Alytes, como se ha mantenido en general?
Alytes es un sapo más bien terrestre que incluso copula en tierra. Otros anuros (y salamandras) más acuáticos, a diferencia de Alytes, copulan en el agua y en temporada de apareamiento desarrollan engrosamientos epidérmicos pigmentados con pequeñas espinas o "dentículos" en los dedos internos de sus manos, las llamadas callosidades nupciales, como podemos apreciar en las imagenes adjuntas (de otro sapito, cortesía de Cornell university); arriba, sin, y abajo, con callo nupcial. Esto supuestamente le permite al macho abrazar la hembra sin que se le escape en el resbaloso medio acuático.
Mediante exponerlas a altas temperaturas, pero a la vez proveyendo agua para sumergirse, Kammerer logró que los Alytes pasaran la mayor parte del tiempo en el agua, hasta que eventualmente, copularon en el agua también. Los huevos en general se descomponian, la gran mayoría se moría pero Kammerer desarrolló una técnica para recuperar unos pocos vivos y producir otra generación. En pocas generaciones, las ranas desarrollaban callos nupciales, y los heredaban a su progenie.
Resumiendo la historia: después de publicar fotos y cortes histológicos, y de haber mostrado un especimen para el escrutinio de sus colegas en inglaterra, un señor Noble solicitó examinar el especimen y descubrió que se había inyectado tinta india en las manos, lo cual demostró con un análisis químico, que se realizó en conjunto con el director del instituto de Kammerer, publicando los resultados en Nature. No había duda: los callos nupciales habían sido remarcados con tinta. Seis semanas después Kammerer se suicidaba.
Los detalles de la historia dan razones de sobra para entender que Kammerer no tuvo nada que ver con la inyección de tinta (tal como lo afirmó en sus cartas de despedida). Queda claro que éste fue un retoque tardío hecho sobre un especimen bastante trajinado y desteñido, al que se le habían desprendido los dentículos (Noble no los vio) y al que se le inyectó tinta quizás con ingenua buena intención...o bien, muy mala intención.
Pero independiente de esta historia de detectives y sus polémicas...¿qué podemos decir, como biólogos, del caso de Alytes? ¿Qué nos indica la ciencia del siglo XXI sobre la supuesta falsificación de resultados de Kammerer?
Kammerer publicó los cortes histológicos de los callos nupciales. Si bien Noble afirmó que correspondía a los de un macho de Bombina, una comparación directa luego lo descartó. Resulta que se han descubierto individuos de Alytes en el campo que presentan el desarrollo de callos nupciales!!! (Sí!! tal como en los experimentos, pero en natural). El corte histológico en estos especímenes se corresponde perfectamente con lo publicado por Kammerer.
El hecho de que se han descubierto especimenes con callos nupciales en el campo, nos habla de que existe, en efecto, flexibilidad en el desarrollo del rasgo. Que coinciden histologicamente, indicaría que Kammerer obtuvo lo que esperaríamos para esa especie. En efecto, en Alytes, el desarrollo del callo nupcial no es más que un atavismo la recuperación de una condición ancestral previa más acuática(los callos nupciales se observan además en las salamandras, dando indicio de su antigüedad filogenética). Me parece que lo que sucede es que el medio terrestre impide lo que de otra forma es el desarrollo y herencia por "default" de un rasgo, que se libera al cambiar de vuelta al medio acuático, y cuya recurrencia hereditaria se va reforzando trasgeneracionalmente, por efectos maternos. Adicionalmente, es concebible que exista, además de los factores maternos y ambientales, factores de variación genética que afectan la resistencia a la hidración y que puedan ayudan a reforzar este rasgo.
En fin, me parece un caso casi paradigmáticamente perfecto, extremadamente plausible, y con muchas semjanzas a otros casos no cuestionados de asimilación genética. Quedarse sólo con el dato de la inyección de tinta... bueno, eso siempre ha sido explicación más que suficiente para los más frivolitos
De todas formas me interesa conocer más detalles de estos experimentos...por esto he ordenado ya por amazon el libro del propio Kammerer para ver la descripción que hace. de ellos...y que tan extravagantes son en realidad....porque sus experimentos con la salamandra, esos sí que sí, son bastante más impresionates que los de Alytes...espero no encontrar payasadas jajaja
Luego les cuento....
Ref:
Koestler, A. 1971 The case of the midwife toad. Hutchinson publisher, 187 pags.
Gliboff S. 2005 ‘Protoplasm.is soft wax in our hands’: Paul Kammerer and the art of biological
transformation. Endeavour 29(4): 162-167